Maria Acuyo. "La brizna y la tela", 2018
Maria Acuyo. "La brizna y la tela", 2018
Óleo y acrílico sobre papel en una vitrina de metacrilato.
32 × 24 cm.
La pintura de Maria Acuyo se produce desde una narración con lo primitivo. Revela lo orgánico en cada una de sus obras como una antesala para entender lo esencial y lo oculto dando también forma a un estado más reflexivo.
El resultado es un microcosmos de elementos contradictorios que escapan del subconsciente seduciendo al observador por su extraña familiaridad.
Precio con IVA incluido
“Mi obra se nutre de la observación, del descubrimiento de los procesos de la naturaleza, no desde su aspecto más superficial, sino desde sus secretos más profundos. Me interesa tratar la pintura como una proyección de algo más primigenio, desvelándose lo orgánico como antesala para comprender lo esencial, lo oculto. Otorgando a la materia un estado más reflexivo, buscando y utilizando sus propias leyes físicas de una manera intuitiva, aprendiendo el sentido interno de la forma y de sus propiedades como reflejo de ese orden global que definen muchos de los procesos que nos rodean.
Con una marcada influencia de la microbiología y de las estructuras anatómicas de los seres vivos, en parte debido a mi formación científica, busco desarrollar un proceso gráfico y pictórico con el que construir una realidad ficticia que cubra las formas con sutiles velos narrativos, creando imágenes ambiguas que escapan del subconsciente seduciendo al observador por su extraña familiaridad, generando una tensión psicológica que me interesa especialmente.
Parto del vacío aséptico del soporte para construir un microcosmos de elementos contradictorios. Al igual que yo, mi trabajo se nutre de la dialéctica, de la definición antagónica: Las energías se liberan y tras la tormenta, acaba definiéndose la armonía... el frágil equilibrio de la forma.” (Maria Acuyo)