Jesús Alberto Pérez Castaños (JAPC) (Santander, 1950) emplea la pintura como principal herramienta de creación y ha expuesto en más de un centenar de muestra individuales y colectivas. Crea obras para aquellos ojos que, hambrientos, se deleitan alimentándose con la luz y el color emanados desde sus superficies.

JAPC construye un proyecto creativo dotado de ornamentación bizarra y color que se desarrolla desde una estética de formas obsesivas (antropomorfas, geométricas, discursivas). En sus cuadros se manifiesta una furiosa actividad pictórica de barroca imaginería, por la cual el dibujo descubre ilusorios mapas de tierras ignotas donde es posible todo lo imaginado en las ensoñaciones alucinatorias. Perspectivas estéticas que enlazan con el horizonte cultural del arte emergente y urbano.

Poderosas obras inducen a interpretar figuraciones que dictan escrituras y frases en inglés cuyas traducciones son a la vez desasosegantes y vitales. Nada en ellas obedece al azar; son fruto de acumulativos horarios de trabajo. En ellos los pinceles establecen trayectorias destinadas a emocionar en laberintos pictóricos. Obedecen a una voluntad para experimentar con soluciones plásticas cuyo goce artístico inquiete por su sensorialidad colorista.

Un concepto de rebeldía estética estimulada por una trama plástica desconcertante que no permite ningún respiro a las retinas observadoras, ayuda a vislumbrar el desafío estilístico que supone la comprensión formal de estas pinturas. Riesgo que a la vez se disfruta con el placer de su representación, pues hay referencias al diseño gráfico y la ilustración de los años cincuenta (Jim Flora, Mary Blair, Chuck Jones, Saul Steinberg). También a la cartelería cinematográfica de las películas de ciencia ficción, las series televisivas, la discografía lisérgica y la literatura de terror. Otras fuentes inspirativas se encuentran en los trabajos de artistas contemporáneos como: Barry McGee, Tim Biskup, Erik Parker o Kenny Scharf.