"La irrupción de lo inesperado"

“La irrupción de lo inesperado” es una exposición colectiva realizada en Serendipia (calle del Infante, 3 de Madrid) entre el 6 de junio y el 10 de septiembre de 2014. 

Cuenta con obras de doce artistas muy diferentes: Rosalía Banet, Julio Falagán, Elena Fernández Prada, Edurne Herrán, Enrique Marty, Marina Núñez, Ignacio Pérez Jofre, Laura Piñeiro, Laura Salguero, Marta Serna, Elisa Terroba y Mr. Zé.

Con sus piezas y sus textos ponen de manifiesto la forma en que irrumpe lo imprevisto en su proceso creativo, bien en los temas, bien en el resultados final de su trabajo.

El proyecto está comisariado por La Gran (Pedro Gallego de Lerma y Marta Álvarez).

 

¿Cuál es el secreto de la creatividad? ¿Cómo descubre un científico, inventa un ingeniero y produce un artista? “Tan imposible nos resulta explicar el elemento prístino de la fuerza creadora, como en el fondo nos es imposible decir qué es la electricidad o la fuerza de gravitación o la energía magnética”, como decía Stefan Zweig. 

Si algo podemos aclarar es que, tanto en ciencias como en humanidades las casualidades y los accidentes son a menudo parte integrante del proceso creativo. Muchas veces es el hallazgo de algo interesante en el proceso de búsqueda de otra cosa lo que nos ofrece la respuesta deseada. Así, la serendipia revela analogías escondidas que posibilitan el surgimiento de conexiones creativas inesperadas. En efecto, el artista es en ocasiones deudor del accidente, combinado con la sagacidad y la búsqueda constante.

¿Cómo se pone de manifiesto esta intervención de la serendipia en la creación artística? ¿Cómo se inmiscuye la casualidad en el proceso de trabajo creativo?

 

La muestra que presentamos cuenta con el trabajo de doce artistas de diferentes generaciones, estilos e intereses. Todos ellos se sirven, en un momento del proceso creativo, de alguna aparición del azar, que se hace presente en la escena del estudio, en el proceso de la investigación o en el propio curso de la creación; irrumpiendo de forma inesperada en el plan trazado previamente y variando las conclusiones finales del trabajo. 

Algunos casos son paradigmáticos de cómo lo inesperado se inmiscuye en el transcurrir constante del tiempo, alterando nuestra consciencia y sacando a la luz relaciones nuevas o subyacentes que dan lugar a nuevas formulaciones prácticas, como sucede en las “Modernas María Antonietas” de Edurne Herrán: Investigando para realizar un proyecto, aparece de manera azarosa una información que permite conectar los encuentros cotidianos con dicho trabajo de investigación artística, lo que perfila el resultado definitivo de la pieza.

En otros casos, este azar se introduce como objeto de reflexión, como fondo conceptual del proyecto como sucede en las piezas de Elena Fernández Prada y en las de Ignacio Pérez Jofre; en otras ocasiones está previsto atender a lo inesperado en el propio proceso creativo, como sucede en la propia técnica del collage adoptada por Mr. Zé o en el apropiacionismo de Julio Falagán; pero la casualidad se hace más presente cuando verdaderamente irrumpe de pronto y hace saltar por los aires lo construido, transformándolo, como sucede en las piezas de Laura Piñeiro.

Algunos artistas buscan racionalizar y someter a su propio dominio tanto el surgimiento, como el desarrollo y el resultado de su obra creativa; otros se dejan vencer por la aparición de lo no previsto, alimentándose y enriqueciéndose de ello, aceptando que así es como se da el flujo natural de las cosas.